1. Las solicitaciones que ha soportado el pavimento
desde su construcción.
2. Las actuaciones que hayan podido llevarse a cabo
desde la construcción.
3. Si hay o no correspondencia con lo previsto en el diseño y en el sistema de gestión.
4. Posibles causas de los deterioros identificados.
5. Las características superficiales (resistencia
al deslizamiento y regularidad superficial) y su previsible evolución en el
tiempo.
6. Las características estructurales (deseablemente
determinadas con deflectómetro de impacto) y su previsible evolución en el tiempo.
1. Clasificar
los tramos de la red según su estado.
2. Valorar
la calidad del servicio que se está prestando.
3. Prever
los recursos necesarios y planificar las inversiones para conservar y
rehabilitar.
4. Planificar
y optimizar las actuaciones de conservación y rehabilitación.
5. Prevenir
el deterioro prematuro de los pavimentos.
6. Valorar
la calidad de los diseños y de las obras.
7. Investigar
los deterioros de los pavimentos.
8. Predecir
la evolución de los pavimentos en el marco de la gestión de la conservación.